Arquitectura vegetal, criterio humano, potencia artificial.

Origen: ¿Inteligencias? ¡Las necesitamos todas! – Idees

El ciclo de desarrollo basado en los combustibles fósiles se agota. Hemos desenterrado reservas que tardaron decenas de millones de años en formarse y las hemos proyectado en forma de plásticos y gases a los confines de la Tierra y a la atmósfera, por cientos de años más. La acción humana amenaza las condiciones de vida en el planeta. Desaparecen especies vegetales y animales a una velocidad creciente…

La concentración de la riqueza y oportunidades vitales parece haber entrado en un bucle… La irrupción de las máquinas inteligentes y los algoritmos en una economía de intangibles acelera la concentración de capital y devalúa la capacidad productiva de las personas.

El ser humano más rico del planeta … promueve el desarrollo de colonias humanas flotantes en el espacio… la corriente post-humanista anticipa la fusión con las máquinas, y explora el abandono del cuerpo para proyectar nuestro ser en otra nube inmaterial.

Huir significa esta vez escapar de nuestro hábitat, dar a la Tierra por muerta o dejar de pensar con los sentidos, mutar nuestra naturaleza. Siempre podemos luchar. No parecen faltar líderes carismáticos y poblaciones desesperadas en ningún rincón del mundo.

En la conocida pirámide de las almas de Aristóteles el alma racional (humana) ocupa la posición superior.
Los animales, dotados de sentidos y movilidad ocupan la posición intermedia.
El alma adaptativa, propia de las plantas, el rango inferior.

Sin embargo las plantas son las campeonas de la vida. Estaban antes y estarán después, se desarrollan en lugares donde los humanos no alcanzamos, representan más del 95% de la masa viva del planeta. Nuestra alimentación, nuestra energía, todo aquello que necesitamos para la vida proviene de un modo u otro de las plantas.

Las plantas no pueden huir ante las amenazas. Las plantas han desarrollado su inteligencia para quedarse en el lugar. Es la inteligencia del aquí y ahora. Sin órganos centrales especializados, las plantas tienen un diseño modular, en los que la pérdida de una parte no significa la pérdida del todo. …Cada hoja, cada filamento de raíz, está dotado de decenas de sensores y de la capacidad de actuar por sí solo ante los cambios de condiciones. La información se recoge y procesa en el extremo. Las decisiones se toman de forma autónoma. La vida tiene una estructura descentralizada

Las plantas son la comunidad. … Oculta a nuestra vista bajo la tierra existe una red de raíces y hongos y bacterias que interconecta a los habitantes del subsuelo entre sí. Elementos de distintas especies intercambian información y encadenan sus nutrientes, advierten de peligros e intercambian materiales. La vida se organiza en comunidades para sostenerse.

Una nueva ola de sensores de bajo coste y comunicación ubicua en tiempo real conectarán en breve a la gran mayoría de las personas y a una significativa proporción de las máquinas que nos rodean. …Se difumina la frontera entre lo vivo y lo creado, entre la racionalidad humana y la artificial.

Quizás seamos “diferentes” de las máquinas, no tanto por nuestra inteligencia racional que vemos superada en cada vez más campos, sino precisamente por nuestra capacidad sensitiva, por la empatía, por la capacidad de formular nuevas preguntas, de compartir imaginarios, de improvisar y de desobedecer. Habitamos ya entre una benevolente libertad vigilada y la dictadura de los datos. … El control de los datos otorga el potencial de cambiar comportamientos.

Si no somos superiores -en todo- a las plantas, ni diferentes -en todo- a las máquinas, entonces podemos quizás pensar las inteligencias como un sistema de continuidades y complementos.

Esta nueva arquitectura tecnológica distribuida se fundamenta en el cambio que Sir Tim Berners Lee -inventor del www en el año ‘94- demanda para la internet: separar la prestación de servicios (aplicaciones) del almacenamiento de los datos.

Los repositorios personales permiten a cada ciudadano almacenar sus datos de todas las fuentes en un lugar único. Bajo este esquema los datos de cada ciudadano ya no estarían dispersos y -en muchas ocasiones- cautivos de instituciones, empresas y aplicaciones.

La inteligencia artificial federada consiste en algoritmos capaces de analizar información de fuentes diversas sin generar una base de datos centralizada. Cuatro hospitales pueden realizar un estudio conjunto sin unir sus bases de datos. Las hipótesis se verifican en cada una de las bases de datos distribuidas, se cruzan conclusiones y se vuelve a verificar su consistencia en cada una de las bases de datos.

Esta nueva arquitectura tecnológica se completa con la computación en el extremo, la capacidad de los objetos conectados -sensores, móviles,…- para procesar datos y así compartir información y no datos. El portero de la discoteca no tiene por qué conocer mi edad, le basta con saber que soy mayor de dieciocho. Repositorios personales, algoritmos distribuidos y edge computing configuran una arquitectura descentralizada con capacidad de agencia en los extremos, más alineada con los principios que rigen la inteligencia de la vida.

Una nueva arquitectura tecnológica que se complementa con una nueva organización social.

El informe del think tank británico Nesta​ “The new ecosystem of truth” señala el potencial de los datos para el bien común, diagnostica la asimetría entre el nivel de control/gobierno tienen los ciudadanos sobre los datos y su capacidad de contribución…

Una nueva mirada sobre las inteligencias nos permite canalizar el potencial de los sensores, la conectividad y los datos al servicio de la condiciones y las oportunidades de vida en la Tierra. Con la naturaleza y la humanidad a la velocidad de las máquinas.

Arquitectura vegetal, criterio humano, potencia artificial.