“Pero de ninguna manera … es tan importante como para otorgarle el poder de alterarte en modo alguno.”

Por qué Europa debería releer a los estoicos para no caer en la resignación

…En la práctica, lo que vienen a decirnos es algo así como «barra libre para ganar conocimiento y libertad, pero no te cargues con necesidades porque te harán dependientes de otros, menos libre, y si en todo caso, mantienes relaciones con otros que te proveen de cosas —clientes, sirvientes, estado— que no te afecten si fallan o intentan torcerte con la amenaza de romperlas».

Y por lo mismo, en lo público, condenan la beneficencia (hoy diríamos «asistencialismo») y proponen en su lugar la filantropía, un concepto creado por ellos y que se diferenciaría por no generar dependencia sino autonomía. Los emperadores estoicos pondrán el énfasis en repartir tierras frente a repartir granos (aunque lo sigan haciendo en los momentos de crisis de abastecimiento), eliminarán rentas mientras legalizan y fomentan todo tipo de cofradías y asociaciones de apoyos mutuos —liberalizando en buena parte la creación de «colegia» y restándoles poder de monopolio— y practicarán la filantropía desde una primitiva visión del aparato imperial como algo que debía ser ligero frente a una sociedad robusta ante las amenazas a la libertad.

…ninguno de los grandes estoicos griegos, y mucho menos los latinos, eran en absoluto callados ni ágrafos. Estaban definiendo en realidad una forma de relación con lo social basada en la escucha activa, del mismo modo que su relación con Naturaleza se fundamentaba en la observación práctica. Este amor por la escucha, el primer valor que los maestros estoicos transmitirán en todos los ámbitos a sus discípulos…

No se obsesionaron con los orígenes y las esencias, sino que abrazaron y defendieron la irreductible diversidad de la naturaleza humana, asumiendo un cosmopolitismo que enaltecía tanto la autonomía del individuo como las comunidades reales, pequeñas, dedicadas a generar conocimiento de los cercanos epicúreos; pusieron por encima la soberanía personal y la serenidad que la caracteriza, sobre cualquier convención social o estructura de poder. Y defendieron la integridad personal y el amor por el conocimiento hasta el punto de defender el derecho a separarse y abandonar la comunidad política, e incluso la vida, si el entorno hacía que una vida virtuosa fuera insostenible.