Cura a veces, trata con frecuencia, consuela siempre.
~ Hipócrates de Cos
Origen: Foro de salud Healthinking de Abbvie: El paciente del futuro – Ethic : Ethic
Apelar al humanismo es, quizá, la tarea más imperiosa en un mundo dominado por el dato. Esta revolución tecnológica coincide, además, con una deriva demográfica de envejecimiento progresivo, que plantea nuevas necesidades de origen fisiológico y psicosocial y exige repensar el sistema a todos los niveles y de una manera integrada por parte de los diferentes actores.
Del paciente agudo al crónico
Casi la mitad de nuestra población padece al menos una enfermedad crónica, porcentaje que alcanza más del 70% en el caso de los mayores de 65 años, según datos aportados por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC). Estas entidades también alertan de que el 80% de las consultas en Atención Primaria están relacionadas con la cronicidad, al igual que el 60% de los ingresos hospitalarios y el 85% de los que se producen en el área de Medicina Interna.
«El sistema sanitario que conocemos y que hasta ahora ha funcionado está pensado para los enfermos agudos. Si te rompes una pierna, tienes una apendicitis o una infección, te repara bien. El problema es que el tipo de paciente que viene al sistema ha cambiado completamente. Es un paciente crónico, debido a la demografía, un panorama muy distinto al de hace 50 años. …
Este nuevo paradigma, en su opinión, pasa por tres frentes: el ético, el tecnológico y el de gestión, que deben abordarse al unísono. La primera revolución pendiente es la de la atención domiciliaria. «El domicilio puede convertirse, a través de ciertas tecnologías, en el centro de cuidados. Sabemos que hay muchas personas vulnerables en España que viven solas, tienen enfermedades y a veces no pueden bajar de su cuarto o quinto piso porque no hay ascensor. No podemos esperar a que lleguen al hospital, a urgencias, y les metamos en una cama, que es lo más caro del sistema. Hay que actuar antes», explica el especialista, profesor en prestigiosas universidades como la de Harvard.
La telemedicina tiene mucho que decir a este respecto. Además de facilitar las prestaciones de servicios médicos a distancia, el acceso a historiales clínicos electrónicos, la obtención de citas online o las consultas con especialistas, esta herramienta actúa directamente sobre las desigualdades de acceso a las infraestructuras y recursos sanitarios: en 15 años, la atención sanitaria online se extenderá a 1.600 millones de personas en todo el mundo…
…«aún no se ha dado la revolución tecnológica en sanidad que sí se ha dado en todos los demás sectores. Cuando se dé, sabremos controlar en casa a personas con diez o doce enfermedades y, desde la atención primaria, se estará mirando en un ordenador si el estado de Pedro, María o José se está complicando, para intervenir proactivamente».
El foco en la atención primaria
«La medicina no solo debe ocuparse de curar enfermedades. Trabajar con personas sanas para modificar estilos de vida es fundamental» … «Si yo consigo que alguien deje de beber, a lo mejor estoy disminuyendo su probabilidad de tener un hepatocarcinoma. Si consigo que deje de fumar, estoy evitando que tenga un cáncer de pulmón o una EPOC», explica.
La propia Organización Mundial de la Salud ha establecido el objetivo de reducir en un 25% la mortalidad prematura por enfermedades crónicas en el año 2025 con el lema 25 x 25. Sin necesidad de ir tan lejos, nuestra legislación —en concreto, el artículo 3 de la Ley General de Sanidad de 1986— establece la prevención y la promoción de la salud como los puntos cardinales hacia los que debe orientarse el sistema. Una premisa que dista mucho de la realidad: en efecto, 8 de cada 10 euros del gasto sanitario en España se dedican a pacientes con enfermedades crónicas, de acuerdo con la SEMI y la semFYC.
«Si no vertebramos y reforzamos la atención primaria, que es el instrumento más cercano, resolutivo y eficiente, y que evita llegar a ese mal necesario que es el hospital, ponemos en riesgo el sistema» …la especial fragilidad de la atención primaria desde 2010, año en que la sanidad pública se dio de bruces con las peores consecuencias de la crisis.
Una decisión política
España es el país más saludable del mundo, según el Bloomberg Healthiest Country Index, que hace una comparativa de 170 países. «¿Por qué hemos llegado con un PIB no demasiado elevado a un nivel de salud alto? Porque hubo una decisión política muy clara: en unos determinados años hubo auténticos arquitectos de sistema. Fue muy bien creado. Se hicieron muchas cosas para la equidad y la eficiencia y la viabilidad», puntualiza Casado. Precisamente, la atención primaria y la alimentación tienen mucho que ver en este buen resultado, según se desprende de las conclusiones del índice.
Algunas fuentes estiman que el PIB destinado a sanidad debería situarse entre el 7% y 7,5%, frente al 6,3% actual. «El sistema de atención primaria y comunitario está infrafinanciado», afirma Bengoa. «Pero no solo hace falta financiar: la solución pasa por integrar los servicios sociales y la sanidad, dos vasos comunicantes que están recibiendo servicios separados. No hay ninguna razón para que en España no decidamos empezar a hacerlo. Las personas que están aisladas en casa, que no siempre son mayores, necesitan estos dos servicios sincronizados».
Los expertos coinciden: es una decisión política. «El Gobierno y los partidos políticos tienen que trabajar en la promoción de la salud como están haciendo en el norte de Europa. No podemos pensar que el sistema de salud se podrá sostener sin que la política se moje, de forma proactiva e integrada. …»
…«Sabemos que ese cambio de gestión y organización es necesario. Es una herramienta básica para la sostenibilidad del sistema». Y añade: «Muchas veces sobreutilizamos un recurso que debería estar reservado para otro tipo de actividad. …»
En busca del algoritmo humanista
El blockchain, la impresión 3D, el big data o la inteligencia artificial moldean ya nuestras sociedades y lo harán con mayor hincapié en las próximas décadas. El paisaje sanitario no es ni mucho menos ajeno a esta oleada de disrupciones tecnológicas, que van a producir, en paralelo, una revolución del conocimiento. «…una acumulación ingente de datos que van a estar inmersos en esa nueva relación médico-paciente, gracias a lo que podrán estar en comunicación en los meses previos y en los meses sucesivos a una determinada consulta…» … «permitirá al médico dedicar más minutos de esa consulta a ejercer el efecto en sí mismo terapéutico, y no solo diagnóstico, de la relación médico-paciente».
…«Los ciudadanos y ciudadanas de Occidente sabemos tanto de analíticas como nuestro médico, porque existe un recurso llamado Google donde nos lo miramos. El privilegio de la bata blanca está muy disminuido. La medicina no tiene que sentirse ofendida por haber perdido esa actitud chamánica», … «Ese cambio en las relaciones hace al humanismo aún más necesario. Debemos inventar un algoritmo humanista, que sepa que aquel que tengo enfrente es un ser singular».
…«Nadie como uno mismo conoce igualmente bien su cuerpo. Por eso debemos entender que una persona quiera negociar un tratamiento e incluso un diagnóstico, por claro que este sea. Ahí es donde entra la capacidad de escucha. ¿Cuántas veces se acercan personas a la consulta para que les des cariño, y no una medicina más?»…la medicina tiene fronteras éticas que no se pueden traspasar: «Hay problemas a elucidar socialmente: ¿Dónde quiere usted irse? Cuando la máquina avise de que usted se va, ¿quiere estar con los suyos? ¿No los tiene? ¿En cuánto tiempo quiere irse? ¿Quiere tardar dos semanas, dos días, dos horas? Ya no se trata simplemente del debate del justo cuidado, sino del debate del cómo. …