Este WEO está estructurado en tres partes:

  • la parte A, sobre las tendencias globales en energía;
  • la parte B, con un análisis regional en profundidad, en este caso sobre África;
  • y la parte C, en la que se hace un análisis en profundidad sobre gases “bajos en carbono”, a saber, hidrógeno y biometano, y también sobre el potencial eólico marino.

Original: The Oil Crash – World Energy Outlook 2019

Enlace a la web del informe

 

La verdad es que la energía no es un tema del que entienda, pero sí que parece que claro que hay que hacer algo al respecto, de hecho es uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, a los que el segundo capítulo está dedicado. La figura 2.1 ya nos deja claro cómo esperan conseguir la parte de los ODS que les interesa. La figura muestra qué factores se acumulan y marcan la diferencia entre las emisiones de CO2 previstas en el escenario Políticas Anunciadas y el de Desarrollo Sostenible.

La mayor contribución tiene que venir de la eficiencia, lo cual es llamativo: ¿por qué iba a ser mayor la eficiencia en un escenario que en otro? ¿quién renunciaría a un proceso más eficiente – y por tanto que ahorra dinero – con respecto a otro menos eficiente? Por demás, ¿cómo se fuerza a conseguir más eficiencia? ¿Y si la eficiencia tiene límites? La otra contribución mayor, no sorprendentemente, es una mayor implantación de las renovables.