Llevo días queriendo escribir algo tan completo que no escribía nada 😉 No puedo más, así que iré con la versión “breve”. Vaya por delante que una de las razones de dejar un trabajo en una agencia de Propiedad Industrial fue que no creía en ello, que al final las ideas se imitan o copian y que el que quiere hacer mal, para cuando es pillado ya ha conseguido engañar a la administración y no tiene ni con qué responder, eso si le pillan. Así que la única solución es innovar constantemente, no tratar de proteger tu novedad. Y la protección de marcas es de risa, porque aunque es lógico que marcas iguales puedan convivir para productos inconfundibles, por otra parte existe riesgo de asociación y para que eso no ocurra hace falta un gasto brutal. Mínima protección para que no te prohíban estar en tu campo (o que te cueste demostrar el uso previo) e innovación (trabajo) constante para que cuando te vayan a copiar tu estés en “otra guerra”.

Dicho lo cual … creo que un problema serio de piratería son los estampadores de DVDs pirata. Desde luego no los que los venden en la calle a escondidas. No los venderían si no se los vendieran. Y no se los venderían si el acceso por red fuera eficaz: rápido, económico y con calidad … pagando. La gente está bastante harta de que le engañen con películas que no van, incluso en el video club porque los usuarios no son todo lo cuidadosos que deberían, e incluso de películas que se descargan y no son lo que esperas o tienen una calidad insuficiente.

La verdad es que tengo 4 opiniones:
1.Todo este lío se monta por personajes (muchos de los cuales viven fuera de este país –¿será por cuestiones de impuestos?–) autoerigidos en representantes de los “creadores” y de la cultura. Que les hagan cotizar y vivir aquí, primero, si quieren opinar sobre las leyes.
Por otra parte, ni la música ni el cine son cultura, son una expresión cultural, pero no cultura. Son entretenimiento, sobre todo si es música pop o de masas –radio fórmula–. Son artistas del entretenimiento, punto. Y me parece cojonudo y que tienen un gran valor por dedicarse a algo tan tremendo y donde es difícil destacar por culpa de esos en la cumbre, claro.

Artistas. Por eso, igual que un escultor o un pintor, pueden ganarse la vida haciendo algo que no se pueda copiar … el directo. Sin duda, las giras son más cansadas que grabar en el estudio, pero no hay mejor recompensa que mover a las masas. Las mueven los DJs pinchando la música de otros. Hay quien vende discos porque su arte es crear una atmósfera mezclando temas de otros. Pero bueno, si quieres hacer discos desde el estudio, tu mérito es mucho menos., no parece tan justo forrarse

2. La gente ya está pagando por cinetube, megavideo, megaupload, spotify y demás … está dispuesta a pagar por un contenido. Por qué no se gestionan mejor los ingresos de estas empresas, se canalizan los impuestos que deben pagar (se fiscalizan) y se empieza a promover su uso. Y todos contentos: usuarios, creadores y administración.
La gente ya paga por comprar canciones sueltas o CDs completos por internet. Compran en iTunes o pagan tarifas planas en Spotify. Los músicos deberían ganar dinero por tocar música, no por vender soportes (sobre todo cuando no hay soporte que vender). Conciertos, merchandising, material adicional no digital para los fans, ofertas de sus creaciones en diferentes calidades a diferentes precios para que la gente no quiera complicarse buscando el contenido adecuado, sin cortes, con los tags bien puestos, etc.
Yo tengo el AppleTV y no puedo ver películas porque hay poco contenido, resultan no precisamente baratas y por todo ello sigo alquilando en el video-club (en el comercial unas cosas y, en el “de culto”, otras) pero me gustaría no siempre tener que salir a por ellas. Netflix está pensando en venir a España y muchos pagaríamos por una tarifa plana de contenidos, pero se arrepiente porque se la pretende freír a costes y no puede ofrecer un precio competitivo, como sí hace en USA y otras países. Fantástico, viene una solución, un intermediario que les gestiona la cosa y en vez de pensar en cómo crear nuevo contenido atractivo en vez de truños (¿quién cree que las series españolas son “buenas”, con independencia del éxito?) … de garras y a sangrarlo. No, hombre, no. Ese no es el camino.
Salvo que quieras

3. La administración podría copiar estos modelos … abaratar el acceso de los modelos que están triunfando y poner su “tienda” y medios. Ofrecer legalmente música y vídeo en streaming o compra. Period.

4. En cualquier caso, habría que ofrecer también las novedades en cartelera. No todo el cine merece una pantalla grande (quiero decir no la necesita). Y siempre pienso en un minusválido, aunque sea parcial o temporal (por accidente) … ¿por qué hay que esperar 6 meses para pagar por verla? Por qué no la puedo comprar cuando existe y verla como yo piense que me merece la pena verla, en cine, en casa, en el ordenador. Sólo he de comprarla y a mucho mejor precio porque no consumo nada más que el contenido puro, que ni siquiera me lo das físicamente, lo copio en mi ordenador (copio tu archivo en mi ordenador, note cojo tus bytes y dejas de tenerlos, por eso no es robar el p2p).
Los grandes multicines seguirán siendo un modo de reunión, de consumo fuera, de consumir algo más que el cine. Aunque no me gustan los centros comerciales, este modelo se adapta … la gente va, pica algo, se mete al cine, se toma una refresco. (Se encuentra con compañeros de butacón que no han apagado el móvil, hacen ruido con los paquetes de comida, etc 😉 ).
Hace poco leía sobre cenar en el cine y, por qué no en las salas de conciertos pequeñas e íntimas (era un clásico en las salas de jazz), porque habrá que hacer más salas si hay más músicos que quieren dar conciertos para demostrar que valen. Si la gente paga por ir a verlos esos serán buenos y no el borreguismo comprado de la radio-payola.

Por ir cerrando …
El que no quiera pagar, como el delincuente de la propiedad industrial al que me refería, encontrará la manera de no hacerlo, pero yo gané una gran fama grabando cintas de remezclas de mis discos de vinilo y no dejaba de ser un creador “de ambientes” con mi selección. La gente me pedía cintas recopilatorias de estilos y nunca me sentí delinquir. Jamás compre un vinilo o CD y lo devolví usado y eso ha significado escuchar alguno una sola vez o ninguna completo. No era justo con el vinilo (si eras cuidadoso) y mucho menos con el CD (no se estropeaba, decían). Claro que han sido tantas mentiras las de la industria discográfica y la del cine, con sus cambios constantes de soporte que siempre abarataban la producción pero se vendían cada vez mas caros. Esto fue así con el el cambio del vinilo al CD y me sorprendió hace poco ver que un libro en formato digital me costaba igual que en papel. Cuando no hay soporte físico, yo copio un archivo en mi ordenador. No hay más.

En vez de financiar cine, en demasiadas ocasiones infumable, facilitar el acceso al público al contenido que quiere ver. Subvencionar la disponibilidad de los contenidos sin crear una economía de la escasez. Qué ocurre cuando lo que quiero ver o comprar está “descatalogado” o ya no se hace con el formato de tu reproductor o … ya no se hace. Con un sistema de disponibilidad en la red se deja de facilitar la estafa de la sustitución de soportes. Si compré toda la discografia de Simply Red, por qué tengo que volver a comprarla en CD, y luego en formato digital y luego… Además ¿estarán disponibles los maxi-singles?
En vez de pagar tanto dinero a los medios para que sus artistas sean los más pinchados, las discográficas deberían recuperar sus masters y ponerlos a la venta de una manera sencilla. En vez de perseguir al que busca la copia de un vinilo, “lanzarlo” en la red y cobrar por él. Muchos pagarían si saben donde encontrarlo y no se le engaña con un coste más alto.

Hace unos días escribía, cuando el rumor del cierre de Delicious, que el modelo todo gratis (o no tanto como dicen otros, al menos pagamos por el ancho de banda y en España no es barato ni de demasiada calidad) no puede seguir. Realmente ofrecer servicios gratis a cambio de publicidad (parece la única manera de rentabilizar el servicio) supone en cierta medida traicionar a tus usuarios permitiendo el acceso a sus datos en mayor o menor medida para que puedan ser bombardeados publicitariamente. El modelo freemium, que pretende ofrecer una parte de los servicios gratis y otra de pago no creo yo que cubra con los usuarios de pago todo su coste, los ingresos de publicidad deben seguir para el usuario “gratis”, pero de verdad no creo que tanta gente pague por un servicio que podría tener gratis. Al final sólo el servicio de pago profesional, serio, con soporte, con atención al cliente, resulta ser el más fiable. Pagas sí, pero va.

Al final, con las descargas es lo mismo. De qué sirve descargar música a patadas si al final no tienes ni tiempo de escucharla, de disfrutarla. Me ocurrió cuando compré colecciones de CDs en los kioskos (Jazztime, o una colección posterior de reediciones de Verve Records) y ante la avalancha, años después podía tener alguno sin desprecintar.

En fin, no es fácil inventar un nuevo modelo de negocio en el que se gane mucho trabajando poco … y con la red la meritocracia va haciendo camino y el trabajo bien hecho es lo que cuenta, así que renovarse o morir.

Hasta aquí la parte breve.

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Una colección de opiniones …
Alex de la Iglesia: El barco de los piratas
“Busquemos la solución cediendo cada parte, y construyendo entre todos una nueva manera de ver y disfrutar el cine. Se necesita cambiar de modelo de mercado. La Red ha transformado radicalmente la manera de entender el mundo. Estoy hablando de una auténtica reconversión industrial.”

Alejandro Sanz: la dictadura de los señores de la red
“Vuelvo y repito, señores políticos de España, con respecto a la industria musical se han portado ustedes como unos cobardes y unos hipócritas y han hecho un flaco favor a la cultura de nuestro país. Espero que recapaciten y sean parte de la solución. Todavía estamos a tiempo. Si no prepárense para ser rehenes de los Señores de la Red para el resto de sus vidas, y ah, el tiempo… que todo lo pone en su lugar.
Por cierto y por último: ¿Quién elige al Presidente de la Asociación de Internautas? ¿Quién está detrás de esta Asociación? ¿De qué vive? Porque aquí internautas somos todos y a mí nadie me ha preguntado si quiero que este señor sea mi Presidente Cibernético. En fin demasiadas preguntas y muy pocos políticos dispuestos a responderlas… Nos falta valentía.”

Javier Bardem: El botón mágico
“No piensen en los más conocidos, a ellos esto les afecta tangencialmente. Piensen en los que no salen en la foto, en los que están a su alrededor haciendo que ese trabajo salga adelante lo mejor posible; en las miles de personas que viven de la artesanía del cine, y de la música; en los que visten, decoran, iluminan y maquillan, entre muchos otros; en los actores, directores y músicos que las pasan canutas para sacar algo adelante. A ellos les roban la débil posibilidad de un futuro laboral con solo apretar un botón. Y además sacan dinero con ello.
Dejémonos de estupideces: eso es robar. Es la orgía del crimen, la bacanal de violaciones a terceras personas.
Pero ya no hay ley que proteja al que se le ha robado. Ahora abraza al ladrón.”

En menéame respondían a Bardem
“De hecho, para proteger el trabajo del horticultor, se ha prohibido que cualquiera pueda producir tomates iguales o razonablemente parecidos a los que compró al horticultor. Por eso no se venden semillas de tomates de ese tipo. Y como aun así es posible que Javier Bardem las obtenga del propio tomate, para reducir el perjuicio ocasionado al horticultor, la Sociedad General de Agricultores y Especuladores ha logrado que se apruebe la inclusión de un canon compensatorio en todos aquellos productos que pudieran facilitar que cualquiera produjera tomates similares a título privado. Este canon se puede encontrar en el abono, el agua, las mangueras, las regaderas, los maceteros, los tiestos, los sistemas de aspersión, las palas, los rastrillos, las carretillas, las azadas y en general cualquier herramienta de agricultura y jardinería, los plásticos y estructuras de posible uso para la construcción de invernaderos, etc.”

Y la asociación de internautas a Alejandro Sanz
“Volvamos ahora al principio del artículo. Llama vd. a algunos políticos cobardes e hipócritas por votar en contra de la Ley Sinde. Hombre, cierta razón tiene porque es verdad que muchas veces, la inmensa mayoría de las veces, los políticos se pliegan a los caprichos de los poderosos aún en contra de los ciudadanos, los que les pagan un sueldo, los que les han elegido. Eso, y la hipocresía, está quedando meridianamente claro en los papeles de Wikileaks. En este caso, si algún político ha votado en contra de la Ley Sinde porque los ciudadanos le han pedido que voten en contra… es, NI MAS NI MENOS, lo que tienen que hacer. No se les puede llamar cobardes por eso.
Dice a continuación que cuando lo escribió en su twitter mucha gente salió a insultarle. Mal hecho sin duda. Dice que incluso algunos se atrevieron a decir que no paga impuestos. Hombre, nosotros creemos que viene de esto que se puede consultar muy fácilmente en Google (Google es un buscador, un lugar que tiene enlaces a la información igual que todas esas páginas de enlaces que quieren cerrar. No tienen la información ni los contenidos. Sólo tienen enlaces y pulsando sobre ellos se va a quien tiene esa información o contenido).”

Unos días después Berto Romero opinaba: Confesión de un pirata
“Estoy en contra de la ley Sinde, o cualquier variante que siente un precedente que ponga en entredicho el estado de derecho y/o la libertad de expresión.
Pero de la misma manera me avergüenza que se insulte a todos los artistas que manifiestan su derecho a cobrar por su trabajo. Faltaría más. Me deprime que se reduzcan todas las posturas a titulares que tachan a unos de piratas y a otros de millonarios aprovechados. Me repugna que usen la palabra libertad quienes sólo se interesan por la gratuidad de los contenidos.
Por mi parte, sigo esperando que se me den oportunidades para salir de mi ilegalidad y poder pagar con gusto por el trabajo de mis colegas. No de forma preventiva, a través de un cánon que me convierte en delincuente potencial, sino un precio justo.”

Y hasta Rodriguez Ybarra opinó, yo creo que con buen criterio:
Seguramente muchos de los que tienen la amabilidad de leerme compran en el supermercado, reservan sus billetes de avión, adquieren las entradas para el cine, el concierto o el teatro, leen los periódicos, reservan mesa en un restaurante y habitación en un hotel haciendo un clic en su ordenador. Hay gente que sigue haciendo esas cosas como se hacían hace 10 años, pero cada vez son más los que usan Internet como una herramienta fundamental para los asuntos cotidianos de sus vidas. Según un informe del BBVA, en el año 2008 eran 11 millones de españoles los que se declaraban usuarios de Internet. Y según el mismo estudio, el 65% de esos usuarios visitan páginas relacionadas con el ocio. La cifra, siendo importante, está aún muy por debajo de lo que constituye la media de los países de la Unión Europea. Tanto es así, que nuestro país ocupa el puesto décimo quinto en el uso de esa nueva tecnología. Puesto que los países más desarrollados son los que más usan ese tipo de tecnología, cabe deducir que sería obligación de los poderes públicos el intentar que nuestros jóvenes, aunque sea a través de las páginas relacionadas con el ocio, se familiaricen cada vez más con ella.
… los ciudadanos nos exigían que Extremadura dispusiera de vías de comunicación propias de finales del siglo XX. Y llevaban razón. Y lo hicimos. Frente a la satisfacción de la mayoría, siempre aparecían voces que se oponían al paso de la nueva carretera o de la moderna autovía por el sitio que habían dibujado los técnicos. Las visitas se acumulaban en mi despacho, fundamentalmente empresarios y comerciantes, que argumentaban sobre los daños medioambientales y ecológicos que esas infraestructuras acarrearían a la región. Eran simplemente excusas que ocultaban la realidad y que no era otra que el hecho de que la carretera en cuestión dejaba de pasar por el centro de sus pueblos y sus negocios se venían abajo. Si se les hubiera hecho caso, la mayoría se hubiera perjudicado y los gobernantes hubiéramos cometido un grave acto de irresponsabilidad deteniendo el progreso.
Esa actitud es la misma que mantiene la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) con respecto a las Tecnologías de la Información y el Conocimiento, con el canon digital ylos derechos de autor. Intentan parar el progreso y el avance tecnológico con el argumento de que se acabará la creación artística musical y literaria si no se persigue a los jóvenes que, por primera vez en la historia de la humanidad, pueden acceder a la cultura universal con un solo clic. Pura resistencia a los cambios y a los avances. Nadie sabía qué era Spotify hace cinco años; tampoco sabíamos lo que era iTunes, por la sencilla razón de que hace un lustro eso no existía.

Los creadores se enfrentan al mismo problema al que se enfrentaron otros gremios cuando las circunstancias y las tecnologías cambiaron. ¿Cómo se protege el derecho del dueño de un bar en un pueblo cuando la carretera deja de pasar por el interior de esa localidad? ¿Y el derecho del fabricante de máquinas de escribir cuando aparece el ordenador? ¿Y el del vendedor callejero de leche de vaca recién ordeñada? ¿Y el del conductor de diligencias cuando apareció el tren? La respuesta puede ser cualquiera menos la de alterar las bases por las que se creó Internet. La Red está basada en la libre circulación de la información que genera una sociedad que funciona a través del intercambio libre de esa información. Si esa información atenta contra la legalidad, ya se encargarán los Tribunales de Justicia de dictaminar la sentencia pertinente. Hasta el momento no ha habido un solo juez que haya dictaminado como ilegal una descarga.

Hasta ahora, todos los sistemas de control han fracasado, por lo que sería más sensato revisar el concepto de propiedad intelectual y derechos de autor en la nueva sociedad digital y dejarse de perseguir a jóvenes a los que se les insulta llamándoles piratas pero a los que, al mismo tiempo, se les estimula con este apelativo para que se adentren en lo que algunos se empeñan que sea la fruta prohibida. Los derechos de autor siempre se han basado en el formato físico (discos, casetes, CD, libros, etcétera). Pero el formato físico ya no es necesario, como no lo son los intermediarios, ni los estuches de plástico, ni los discos, ni las tiendas discográficas, ni el horario limitado de esas tiendas. Es cierto que todo el mundo tiene derecho a vivir de su obra, siempre que no pretendan seguir haciéndolo por derechos de copia, porque en la sociedad digital el formato es innecesario. …”

Más tarde saltaba cierto escándalo con un intento de reajuste de la norma (que al final se ha dado y es posible que resulte aprobada) en La “última cena” de la ley Sinde:
“Con la ley Sinde en la sala de reanimación —rechazada en el Congreso el pasado 21 de diciembre—, muchas han sido las voces que han clamado para que los artistas alzaran la voz, desde Teddy Bautista a Pau Donés. … Según Gutiérrez Aragón, «el problema es que se está desviando el discurso y con tanta demagogia a la gente se le olvida de que se trata de una industria y que, por tanto, es como robar en El Corte Inglés. Estas cenas se están celebrando en apoyo de la cultura, para que quede claro que todos los sectores estamos concienciados y para que la Ley salga adelante, como ocurre en todos los países de Europa».
Todos iban convencidos de que se trataba de una cena privada y, como tal, hablaron con total libertad del principal tema de debate puesto sobre la mesa, la ley Sinde. Pero el veto de la privacidad fue levantado por Fernández-Savater al escribir un post en su blog en el que daba su propia versión del menú degustado: «el miedo». …
La chispa que prendió la mecha de las (hasta ahora) privadas cenas de Ángeles González-Sinde fue el post de Amador Fernández-Savater, titulado «La cena del miedo». Su principal conclusión es la preocupación: «Me preocupa que quien tiene que legislar sobre la Red la conozca tan mal, que sea el miedo quien organiza nuestra percepción de la realidad y quien toma las decisiones gubernamentales. Me preocupa esa combinación de ignorancia y miedo, porque de ahí sólo puede resultar una cosa: el recurso a la fuerza, la represión y el castigo».
El editor, hijo del filósofo Fernando Savater, considera que «hay mucho miedo entre los que tienen poder: miedo a la crisis irreversible de los modelos culturales y de negocio en los que “el ganador se lo lleva todo” y los demás poco o nada». Finalmente, y ante el pretendido objetivo de la reunión de pulsar la opinión sobre la ley Sinde, Fernández-Savater se pregunta quién es el mundo de la cultura. «Por lo visto: el establishment de la industria cultural. Su opinión es bien conocida: hay que perseguir más de lo mismo. ¿Cómo? El miedo como educador».

Y entraba la industria editorial al ruedo. Unas opiniones de Angel María de Bubok:
“Herrera, sagaz emprendedor, ha dado con una tecla que suena bien en el mundo digital y que recuerda poco al modelo tradicional de negocio de una editorial. “La industria del libro está teniendo los mismos miedos que la musical y no están reaccionando bien con los precios o el DRM (el sistema anticopias)”, opina. “Quieren mantener en versión digital el mismo beneficio que en el papel y no puede ser, es un mundo nuevo”. ¿Y el DRM? “Es poner puertas al campo. Dificulta la experiencia al que quiere pagar, el que quiera piratear va a dedicar el tiempo que necesite a crackear [romper la protección]”

Un científico contestaba a Alejandro Sanz:
“Soy científico, joven investigador del Centro Nacional de Biotecnología y actualmente “Visiting Assistant in Research” en la Yale School of Medicine, en New Haven, Conneticcut. …
Cuando consigo que mi trabajo funcione, tras muchísimas horas de laboratorio, intento publicar mis resultados. ¿Sabes lo que pasa cuando lo hago? Que la revista se queda con todos mis derechos de autor. CON TODOS. Si quiero, no sé, poner una figura de mi trabajo en algún otro formato, tengo que pedir permiso. Por mi figura. Por mi trabajo. Y te hablo de figuras en blanco y negro. En color no podemos pagarlas.
¿Sabes por qué? Porque PAGO POR PUBLICAR. Sí, en serio, lo hacemos. Mi laboratorio tiene que pagar para poder difundir los avances científicos que puedan curar a esos niños o a sus padres en el futuro. PAGO POR PUBLICAR y tengo que pedir permiso por mi figura, por mi trabajo.
Ahora podrías meter en 140 caracteres que luchar por mis derechos no me impide que tu lo hagas por los tuyos, yo seguiría leyendo.

Entiendo que quieras que te paguen por tu trabajo. O que defiendas tu caché en los escenarios.Y supongo que debes negociar lo que te paga una discográfica por grabar un nuevo disco. Pero cobrar también impuestos sobre los CD´s , discos duros, lo-que-sea que la S.G.A.E quiera inventar para sangrar al ciudadano medio, perdóname muy mucho, pero yo, lo veo excesivo. Intentar lanzar una ley que te permita cobrar más de lo que te toca porque la industria que a ti te trata bien se está muriendo, lo siento, pero no. Limitar las libertades individuales para maximizar vuestro beneficio no es justo.
¿Sabes por qué tengo un blog de divulgación científica? Para que el mundo vea que la ciencia es importante. Para que posiblemente en el futuro sea una profesión digna. Yo no busco hacerme rico. Yo no quiero recortar libertades. Yo lucho por cambiar la industria que hace que mi actual profesión me obligue a tener otra con la que, juntas, poder pagar las facturas.”

Entre tanto … Alex de la Iglesia decide dimitir y alguien dice que porqué …¿Por qué Alex de la Iglesia no debe dimitir?:
“He de confesar que nunca tenía muchas esperanzas en Álex de la Iglesia y la reunión que convocó. También he de confesar que me gusta su obra y que no pertenece, en mi criterio, a la mayoría de mediocres que pueblan el panorama “cultural” subvencionado oficial español.
Lo confieso también, no suelo descargarme cine, y menos español, y muy poca música. Yo soy más de subir contenidos; mis creaciones y las del colectivo al que pertenezco. No seremos famosos pero, a diferencia de los famosillos que ahora lloran por las descargas, nosotros,además de pagar nuestros impuestos en España, hacemos buena música, buena literatura, buenos cómics, buenas creaciones, porque hacemos lo que nos dá la gana, sin concesiones a lo comercial. Y tenemos muchas oportunidades de prosperar. Hasta que llegó la Ley Biden-Sinde.
Como mi colectivo, como mi banda y como yo hay muchísima más gente que se dedica a crear y que, por no pertenecer a esa élite bien querida de la industria y que tiene padrinos, tenemos que dedicarnos a otros trabajos para poder vivir y seguir creando y eso está bien, pero podría estar mejor.
Podríamos vivir de nuestro trabajo, Internet facilita la difusión, facilita una promoción que antes, por costosa, nos estaba vetada. Podríamos hacer la competencia a las grandes compañías. Y esa es la madre del cordero: la gente puede acceder a otros contenidos que no son los que la industria multinacional quiere que accedamos.
La industria se ha pasado décadas diciéndonos lo que teníamos que consumir y crear; hasta que llegó Internet.
…
Ahora la red es una autopista donde fluye vertiginosamente el conocimiento, la creación y la información. Tres pilares para la libertad humana, tres jinetes del apocalipsis para los poderosos, los “mercados” y sus títeres: los políticos.
Y ahí es donde entra en juego la Ley Biden-Sinde en particular y la Ley de Economía Sostenible en general.
Hay que censurar, con la excusa de las descargas, en nombre de los autores (¡los cojones!, en nombre de la industria que nos esclaviza y se apropia de nuestras obras. Ya lo decía Lennon: las canciones no son de nadie, solo los editores se creen que son suyas)
Alguien dice que la Industria del entretenimiento no ve que está inmersa en una reconversión y no quiere adaptarse: ¡mentira! lo que quieren es que nadie pueda acceder a esta nueva forma de explotación excepto ellos mismos. Quieren controlar Internet para seguir diciéndonos qué tenemos que consumir, qué tenemos que oír, qué ver y qué pensar y a los políticos les interesa ese modelo. No nos engañemos: los dos grandes partidos se han puesto de acuerdo (cosa inaudita, pues ni para acabar con el terrorismo se ponen de acuerdo) porque la pluralidad de información  que proporciona la red perjudica el bipartidismo inane al que nos vemos abocados.”

El emprendedor de Bubok, días más tarde, publicaba una gran entrada sobre el tema, Apoyo a González-Sinde, una buena amiga:
“…Los que te critican no entienden que tú no estas aquí porque te interese la política, sino por amistad. Había que ser muy buena amiga de Jose Luis para aceptar tal marrón.
Como muestra de apoyo quiero informarte de la página con más enlaces piratas que he encontrado, se llama Google (perdona que no ponga el link pero no quiero que cierren mi blog que le tengo mucho cariño), en esa página he encontrado enlaces para ver de forma ilegal CASI TODAS las películas, las españolas cuestan un poco, podríais subvencionar que las gente las viera.
De las tuyas no he encontrado casi ninguna, pero la última si que está .

Ten cuidado con Álex de la Iglesia, sé que le has pedido que hable con “los de Internet” para desviar la atención, pero veo que le está cogiendo el gusto a twitter y se empieza por ahí y se acaba pidiendo la neutralidad de la red o cosas peores. Llámalo lo antes posible porque dice que va a dimitir como presidente de la Academia de Cine.
Estoy cayendo que no leerás este post, porque claro, tú no eres de “los de internet”, tranquila, pido que lo impriman y te lo hagan llegar por mensajero o sino por SMS que así ponemos contentas a las operadoras y a Miguel Sebastian.
Sé que cuando acabe todo esto te iras, para volver a lo que de verdad amas, el cine. Yo también lo amo. Tranquila, ellos te esperaran con lo brazos abiertos porque no le has fallado, demostrando lo que de verdad eres, una buena amiga.”

Y un extracto de un último enlace desde los comentarios del blog de Angel María:
“… Consecuencias previsibles de la ley Sinde y otras claves políticas:
En términos electorales hay que decir claramente, que PP, PSOE, y CiU. No están en la línea que muchos ciudadanos que entendemos la problemática de Internet venimos reivindicando cansinamente los mismos derechos, y haciendo una labor didáctica permanente que choca contra una manipulación y distorsión mediática muy importante que viene apoyada por un entramado económico subyacente muy interesado en distorsionar la realidad. Entre otras cosas llamando piratería a los que hacen descargas sin ánimo de lucro, por el mero hecho de que, lo que ellos hagan en sus casas no lo podemos saber. Las descargas sin ánimo de lucro son una práctica muy extendida y no puede ser criminalizada ni de esa ni de ninguna otra forma.
Toda esta labor didáctica es poco efectiva y quizás no sea necesaria porque el que quiere entenderlo lo entiende. No se trata de defender un planteamiento utópico e imposible. Hemos visto como en Brasil las políticas adecuadas en materia de copyright y de derechos de los internautas han conducido no sólo a mejoras sociales importantes, sino a mejoras económicas.
Eso demuestra que no se trata de utopías, simplemente hay partidos muy acomodados y corruptos que saben que del software libre y de la cultura libre no se puede sacar comisiones para sus necesidades particulares.
Nadie defendiende la aniquilacion del derecho de autor, pero el concepto de copyright está muy anticuado y debe ser redefinido para servir únicamente a la cultura y no para panyaguar a una industria obsoleta.
La industria no merece siquiera estar presente como en ninguna conversación. Se trata de los dineros y los derechos de los ciudadanos. La industria no tiene ni voz ni voto. Sus intereses son puramente lucrativos. Si no son capaces de subsistir que se jodan como ha pasado a montones de negocios.
Aquí en España hay algún partido minoritario que las defiende como es el caso de UPyD. Que entre otras cosas fue el primero que propuso a los señores diputados renunciar a sus beneficios en materia de pensiones. Admito mi falta de neutralidad con UPyD porque ya la había votado antes y eso siempre condiciona, pero …”