… ¿cuándo lo harán las instituciones y gobiernos?
Estas últimas 24 horas he leído 3 artículos muy interesantes sobre nuevos enfoques laborales. Por no hablar de los últimos 24 meses, en los que la cuestión ha sido el final de l trabajo por la robotización.
Estos tres artículos me han animado a escribir un par de ideas:
El primero ha sido What Amazon’s New 30-Hour Work Week Means For Millennials.
En Amazon han planteado una jornada de 30 horas semanales, con el 75% del sueldo respecto a la de 40 horas. Esto tiene implicaciones no solo para los trabajadores más jóvenes, los llamados millennials (que se supone quieren iniciar sus propios proyectos, obtener doctorados y tener algún ingresado asegurado), sino que también los tiene para los trabajadores “responsables de una familia”, permitiéndoles conciliar mejor la vida laboral y familiar, donde por cierto está el origen de este programa.
Particularmente creo que esto debería generar algo más de empleo, especialmente si los puestos no son todavía “robotizables”. Por cierto hablar sobre eso requeriría otro artículo, para el que habría que documentarse muchísimo y aún así no llegar a la profundidad de opinión de un buen puñado de autores que han estado trabajando sobre ello.
Pero de lo que sí me permito hablar, y ya lo he hecho alguna vez, es que para que esas jornadas reducidas generen más empleo hace falta por parte de las empresas mejores procesos (lo que supone que en principio sólo se podrán beneficiar las grandes empresas) y por parte de la administración más flexibilidad y mejor justicia.
Contratar resulta caro, complejo, no es un acuerdo entre dos (empresa y trabajador) y a trabajar, es un acuerdo con un socio (paternalista y caro) que en la mayoría de los casos está gestionando nuestros dinero bastante ineficazmente. ¿Alguien siente que sus impuestos se gastan adecuadamente por parte de la administración o que sus contribuciones a la seguridad social le van a salir interesantes a la jubilación? No dudo que otros sistemas tendrán complejidades y riesgos, y se podrán dar injusticias, pero el escenario actual no es el mejor posible. Y de nuevo escribir sobre esto requeriría muchas horas de preparación para hacerlo bien.
Pero es que la semana reducida ya es una idea que nos ronda la cabeza desde hace mucho. En gestión de proyectos (con muy buen criterio) se recomienda no considerar más que 6 horas de trabajo real al día, aunque la jornada laboral sea de 8 horas. Al final, entre que llegas, te paras por una distracción (casi siempre de un mando intermedio) y retomas el asunto se pierde mucho tiempo de “focus”. Y se para a comer y todavía hay una cultura establecida de cumplir el horario en lugar de cumplir objetivos
Y aquí viene a cuento el segundo artículo, El tiempo que se tarda en llegar al trabajo “es trabajo”, según sentencia europea.
Reflexionando no hace mucho como repartir las horas laborales mejor (yo pensaba entonces en alargar algunas horas de lunes a jueves o de martes a viernes y tener algún día más libre) me acordaba de los empresarios a los que, aunque por la actividad no sea necesario, les gusta tener una oficina y hacer ir cada día al trabajo a su equipo. Y para ahorrar en los costes de oficina, ponen éstas en algún polígono industrial en una población no precisamente cerca. A veces puede
Al menos para los casos que critico, por ejemplo una empresa comercial en la que sus comerciales se desplazan para estar en una reunión cuando el cliente “abra” y han de salir una hora antes, cuando hay un viaje de tren de una hora y media y el día es de 7 a 21 horas… esas horas hay que considerarlas de trabajo. Claro que también sería trabajo responder mails desde casa porque con el smartphone que te hemos dado “no vas a dejar de contestar a un cliente inmediatamente”. Todo eso supone no dejar el trabajo nunca. Y lo malo no es que sea así, es que no se reconozca, no se gestione, no se cuide, no seamos capaces de adaptarnos, todos: clientes y proveedores. En definitiva las personas debemos pensar que no son robots (todavía) todo lo que hay al otro lado de nuestro terminal.
Y aquí llega de manera natural el tercer artículo, The full-stack employee
Para nuevos entornos de trabajo, nuevos trabajadores. La transversalidad al poder. La flexibilidad y la adaptabilidad como motores de un nuevo entorno laboral.
…los cambios más necesarios para empleadores y mandos son “de empatía”, tanto hacia este nuevo tipo de empleado, pero también de ellos –haciendo demandas específicas sobre como se comunican y colaboran–…
…la naturaleza del trabajo está cambiando, y y los empleados de mayor valor son aquellos que pueden manejar la ambigüedad y sintetizar enormes cantidades de información en tácticas útiles estratégicamente…