Patagonia:
“Queríamos que cuando las olas subieran y la nieve descendiera, los empleados estuvieran donde deben estar: afuera”

“Como yo nunca había querido ser empresario, ahora necesitaba unas cuantas razones para serlo. Había una cosa que no quería cambiar, incluso aunque nos pusiéramos serios: el trabajo debía ser algo de lo que poder disfrutar a diario. Todos deseábamos poder venir a trabajar dispuestos a la acción y con ganas de subir las escaleras de dos en dos. Necesitábamos estar rodeados de amigos que pudieran vestirse como quisieran o ir descalzos. Necesitábamos también horarios flexibles para poder ir a hacer surf cuando las olas fueran buenas, o esquiar la nieve en polvo después de una gran nevada, o quedarnos en casa si había que cuidar a un niño enfermo. Necesitábamos borrar los límites entre trabajo, juego y familia.”