Alrededor de 2.940.000 pequeñas y medianas empresas (pymes) se encuentran actualmente inscritas en la Seguridad Social. Estas empresas de menos de 250 asalariados representan (incluyendo a los autónomos propiamente dichos) el 99,8 % de todas las empresas de España y generan el 62,1 % de nuestro empleo empresarial. Ninguno de estos dos porcentajes destaca particularmente en el contexto europeo.

Origen: Las pymes en España: no es solo cuestión de tamaño | Funcasblog

Las empresas en sectores menos intensivos en conocimiento, de baja tecnología o menos innovadores tienden a generar más empleo que valor añadido, en detrimento de la productividad. Según el último informe de coyuntura de las pequeñas y medianas empresas españolas publicado por CEPYME, en el último trimestre de 2023 la productividad media de las pymes cayó un 0,7 % en términos interanuales, situándose un punto por debajo del nivel prepandémico (cuarto trimestre de 2019). Por tanto, el crecimiento de la producción y las ventas observado en los últimos trimestres no se ha traducido en ganancias de productividad, que, a fin de cuentas, deberían constituir el motor principal del crecimiento económico y salarial. Por lo demás, es el crecimiento de la productividad el que puede impulsar el aumento del tamaño de las propias pymes, catalizando un proceso de círculo virtuoso entre ambas variables.

Las pymes españolas —y, en general, las europeas— han afrontado en esta tercera década del siglo XXI sucesivas pruebas de fuerza: las restricciones de empleo y movimientos provocadas por la respuesta de los gobiernos de todo el mundo a la pandemia, el encarecimiento de los precios de la energía, los problemas de suministros, la elevada inflación y la falta de personal con distintos niveles de cualificación, así como las dificultades de financiación por el aumento de los tipos de interés.

Los incrementos de los costes laborales, de las tasas de absentismo laboral y de las tasas de morosidad de sus clientes han añadido restricciones importantes al quehacer empresarial. Todo esto ha sucedido al mismo tiempo que se les han exigido avances hacia una economía digital y mejoras en la sostenibilidad medioambiental.

Aun cuando centenares de miles de pymes en toda Europa hayan podido acceder a convocatorias de ayudas y subvenciones financiadas con los Fondos NextGenerationEU, el futuro a corto y medio plazo sigue planteando retos importantes. Así lo advierte el ya citado informe anual de la Comisión Europea, tildando la situación de las pymes europeas de “arriesgada” (perilous) y “desafiante” (challenging).

Muy probablemente, la sociedad española no ha sido consciente de gran parte de los problemas que han afectado específicamente a las pymes durante estos años.