Conversando con Europa, desde la Oficina del Parlamento Europeo en España, emitió el 22 de enero un encuentro moderado por María Andrés que contó con la presencia de Susana Solís Pérez, eurodiputada del Grupo Renew Europe y miembro de la Comisión Especial sobre Inteligencia Artificial en la Era Digital.

El encuentro trató sobre la Inteligencia Artificial en el Sector de la Salud. La eurodiputada compartió 4 aspectos principales que se plantean en la Comisión Europea:

  • Regulación
  • Datos
  • Presupuesto
  • Talento

 

Regulación

En materia de regulación la idea es establecer diferentes niveles de regulación según el alcance de la funcionalidad.

Por otra parte se está trabajando en conseguir que se dote de la mayor transparencia posible a los algoritmos: que su funcionamiento sea claro y que puedan “explicarse” (accountability), así como un diseño ético desde las base.

 

Datos

Hay una necesidad de compartir datos médicos y un plan para crear un espacio europeo común de datos, más allá de las fronteras de los países miembros.

Para ello, se habrá de garantizar la confidencialidad, la privacidad, de los datos y será necesario que sean interoperables.

En la unión europea se plantea, por otra parte, que la “batalla” de los datos personales ya se perdió a manos de las grandes corporaciones tecnológicas, pero todavía es momento de actuar en los datos generados por la Internet of Things –IoT– y los datos médicos a través de una “federación europea” de datos en la nube.

 

Presupuesto

Los fondos “Next Generation” son la principal dotación presupuestaria de la que saldrán las ayudas a la inversión en Inteligencia Artificial; bueno, en general a las transformaciones digital y verde (en las que IA es relevante de manera transversal).

Hasta 2020 la utilización en España de los fondos europeos destinados a I+D fue muy inferior al importe “disponible”. Esta vez se ha cuadruplicado la dotación presupuestaria para España, por lo que se abre una gran oportunidad que las empresas han de aprovechar.

Comentaba con un amigo que este es un gran reto, ya que si no se consumía el presupuesto antes, difícilmente se va a consumir un presupuesto muy superior tras la pandemia, ya que las empresas más debilitadas tenderán a cerrar y si con ellas en juego no se solicitó todo el presupuesto, quedarán menos empresas –al menos más grandes y sólidas financieramente se supone– para un mayor presupuesto.
También cabe preguntarse si la escasa utilización no responde a una escasa comunicación a la PYME y microempresas de la disponibilidad presupuestaria, y a una percepción de los trámites como más complejos de lo que pueden asumir.
Del mismo modo, si no se incrementan los medios para gestionar el presupuesto una mayor cantidad de solicitudes complicaría las resoluciones ágiles.

 

Talento

En este aspecto el plan de la comunidad pasa por fomentar en mayor medida los estudios STEM (siglas en inglés de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas).
Así mismo se apoyarán medidas específicas en aras a que más mujeres elijan estas disciplinas.

Pero como no solo de talento se nutre el mercado, además de productores necesita consumidores, también se potenciará una mayor capacitación de la sociedad en digitalización, dándose también un cruce de habilidades humanistas y de la ética como base de las tecnologías desarrolladas.

 

Entre las inquietudes de los asistentes, destacaron

  • la inquietud del impacto de posibles aplicaciones deshumanizadas sobre las personas vulnerables
  • el riesgo de dar paso a un capitalismo de vigilancia (surveillance capitalism)
  • el temor a que las empresas con mayores recursos puedan sacar mayores ventajas de la IA  dejando a las PYMES y microempresas en desventaja

En respuesta a estas cuestiones se apreciaba un enfoque, que si bien no consigue sacar a Europa del vagón de cola de la AI, sí pretende al menos que las acciones de mejora y aprovechamiento de las tecnologías se realice de una manera consensuada y tomando en cuenta numerosos factores, más allá del liderazgo tecnológico en la materia que ya no parece que se pueda alcanzar.

La importancia de la Inteligencia Artificial como elemento transversal del resto de tecnologías que habilitarán la transformación digital, y el alcance inimaginable de la misma dado el crecimiento exponencial que puede conllevar conduce a plantear un escenario para el diseño e implantación de una tecnología partiendo de la ética desde el diseño –algo en consonancia con el design thinking, que se basa en la empatía que (debería) practica(r) el diseño, y debería llevar implícito este componente ético por tanto.

Pero si la ética es empatía (o la empatía es ética) o no, es otra cuestión…