ACTUALIZADO: Why beautiful people (might) be more successful

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No se si alguna vez he comentado por este blog que tengo la sensación de que, en muchos casos, la gente de éxito tiene buen aspecto … altos, delgados y, si no directamente guapos, con un aspecto no desagradable. Lo he hablado con ellos (altos, delgados y profesionales de éxito) alguna vez y no se han mostrado demasiado de acuerdo. Por fin encuentro un rayo de luz que avala mi teoría.

Leo en la columna de Carme Chaparro (De Vitto nos hace felices) en el suplemento Mujer Hoy (Taller de Editores, S.A.–vocento–) que un estudio de la Universidad de California ha demostrado que el sueldo de los “guapos guapísimos” es un 12% superior al de resto. Por lo que se ve tendemos a atribuir a las personas atractivas atributos positivos que no, necesariamente, se merecen; es lo que los científicos sociales llaman efecto halo.

Así a alguien atractivo se le considera (así, en plan colectivo y tópico) simpático, amable y cooperador por lo que tendemos a tratarlo mejor que a otro que no lo sea tanto. Eso hace que ellos tengan una mayor confianza en sí mismos y desarrollen mejores habilidades sociales. Parafraseando a la autora, entre los guapos que gana autoconfianza y los que les otorgamos superpoderes … creamos seres humanos que se venden solos.

El único consuelo que nos queda a los que no conseguimos quitarnos la tripita y no llegamos a 1’85 es que mucha belleza hace del mundo un lugar triste. La autora cita el estudio de unos matemáticos que han calculado que cuanto mayor es el atractivo del famoseo más crece la insatisfacción del resto de los mortales.

25 agosto 2009