La “practicidad” y el “dinamismo” están sobrevalorados 😉
“Te dije antes que era mucho más difícil hablar de una cosa que hacerla. Permíteme que te diga ahora que no hacer nada es lo más difícil del mundo, lo más difícil y lo más intelectual.
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Es para no hacer nada que existen los elegidos. La acción es limitada y relativa. Ilimitada y absoluta es la visión de quien se sienta relajado y observa, de quien camina en soledad y sueña. Pero nosotros, los que hemos nacido al final de esta era prodigiosa, somos al mismo tiempo demasiado cultos y demasiado críticos, demasiado sutiles intelectualmente y demasiado proclives a los placeres exquisitos como para aceptar cualquier especulación acerca de la vida a cambio de la vida misma.
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La vida contemplativa, la vida que tiene como propósito no hacer sino ser, y no meramente ser sino llegar a ser, eso es lo que nos puede dar el espíritu crítico.
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Entre nosotros el pensamiento se ha degradado por su constante asociación con la práctica. Aquel que se desenvuelve en en medio de la tensión y de la confusión de la existencia real, el escandaloso político, el pendenciero reformista social, o el pobre sacerdote intolerante cegado por los sufrimientos de esa irrelevante facción de la comunidad a la que ha unido su suerte, ¿puede alegar en serio capacidad para formar un juicio intelectual desinteresado acerca de algo? Cada profesión representa un prejuicio. La necesidad de hacer carrera obliga a todos a tomar partido. Vivimos en la época del trabajo excesivo y la educación escasa; la época en que la gente es tan laboriosa que se vuelve absolutamente estúpida. Y por duro que suene, no puedo evitar decir que tienen lo que se merecen. La manera más segura de no saber nada de la vida es tratar de convertirse en una persona útil.
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No niego que es difícil alcanzar el ideal intelectual, aún menos que es, y que quizá lo será durante mucho años, impopular entre la gente. Es tan fácil para ellos sentir compasión ante el sufrimiento. Es tan difícil para ellos sentir afinidad con el pensamiento. En efecto, la gente corriente entiende tan poco lo que es en realidad el pensamiento que cuando tachan de peligrosa una teoría creen estar condenándola, aunque sean sólo esas teorías las que precisamente poseen auténtico valor intelectual. Una idea que no sea peligrosa ni siquiera merece ser llamada idea.
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La creación limita la visión, mientras la contemplación la ensancha.
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La ciencia está fuera del alcance de la moral, pues sus ojos están fijos en las verdades eternas.El arte está fuera del alcance de la moral, porque sus ojos están fijos en las cosas bellas e inmortales y siempre cambiantes. A la moral pertenecen las esferas inferiores y menos intelectuales.”