Una interesante primera parte de #labonilista sobre el salario de los programadores.
El COVID no ha hecho más que acelerar las cosas, imponiendo a las empresas una digitalización y —sobre todo— una deslocalización a marchas forzadas, pero todo este ruido no debe impedirnos ver la imparable tendencia que hay detrás: cada año hacen falta más programadores y cada año los países mas industrializados del mundo producen menos.
Origen: La Bonilista, 9 de enero de 2022
…(en 2018) un salario competitivo en Madrid para un programador senior empezaba a partir de los 40.000€ y el «techo de cristal» estaba alrededor de los 60.000€. Solo 3 años después, habría que incrementar esos salarios al menos un 25% mientras el sueldo medio en España apenas ha subido un 1,9%. De 24.009€ a 24.463€. ¿Es ese incremento un síntoma inequívoco de que estamos viviendo una burbuja?
…los sueldos de los asalariados nunca se han determinado por el valor intrínseco aportado por el trabajador sino por pura oferta y demanda.
El software está conquistando espacios que antes le eran ajenos. Cada día hay mas demanda de técnicos cualificados y la oferta no es tan elástica como para poder absorberla.
Tercero y último, no se está especulando con los programadores. No hay consultoras de servicios informáticos contratando programadores con salarios superiores a los que sus tarifas pueden soportar,
Donde sí hay una tormenta perfecta que puede haber generado cierta burbuja es en los mercados financieros. La combinación del alto precio de los activos inmobiliarios, la nula rentabilidad de la renta fija y un dinero más barato que nunca —ha generado una inyección en venture capital y private equity de enormes cantidades de efectivo que, normalmente, solía colocarse en opciones más conservadoras.
Esa inyección ha provocado la aparición de más fondos de capital riesgo y que los que ya existían cuenten con más potencia de fuego para invertir. Y una vez que recoge el dinero de sus participes, un fondo puede hacerlo mejor o peor, pero lo que no puede hacer es no usarlo.
…los fondos deben pelear por poder invertir en las mejores startups y, los que no aporten ningún valor añadido, sólo pueden competir ofreciendo financiación más barata; o, lo que es lo mismo, pagar más dinero por el mismo número de participaciones.
Evidentemente, ahí fuera hay startups pagando nóminas que no soporta ningún modelo de negocio sino el capital riesgo —siempre las ha habido— y no tiene nada de malo mientras seamos conscientes de que trabajamos en una empresa que no es sostenible y puede que —al igual que los salarios que paga— nunca lo sea.
Somos profesionales. Una de las cosas que nos diferencian de los amateurs es que cobramos dinero por realizar una actividad. No hay nada indigno o vergonzoso en querer obtener el máximo posible, pero si queremos gestionar nuestra carrera profesional en vez de dejar que la gestionen otros, más allá de producir y cobrar,debemos entender cómo funciona el negocio del que formamos parte.