“Se suele considerar vida personal exclusivamente aquella que tenemos con parejas, amigos, familia… el entorno propio de cada cual con las distintas fraternidades que hacen a todas nuestras identidades vitales… excepto el trabajo y la acción política.
Pero si es verdad que eso es una parte importantísima de nuestra vida personal cómo va dejar de ser personal aquella parte de nuestro día que compartimos con nuestros iguales, con aquellos con los que tenemos confianza como para construir tu subsistencia y proyección social en común? ¿No genera la fraternidad acaso un natural cuidar de tu gente?
Eso es lo que está en la concepción misma del trabajo en la filé. Recordemos que la filé, la nueva empresa democrática, supedita la empresa a la comunidad y no al revés. En un marco así, dificilmente puede decirse la expresión vida personal con el mohín que se suele ponerse en la política o la gran empresa, como si fuera algo sucio o ajeno, algo que hay que mantener al margen de la vista de la gente con la que trabajas o se supone compartes una visión del mundo.”