Publica Alberto Garzón una interesante (y larga) entrada recordándonos (una vez más nos sale el tema) de lo superficial de las redes sociales … en especial twitter: Pijus Economicus la titula:
“…Twitter entra dentro de ese concepto de web llamado mágicamente 2.0. y que tiene detrás a un montón de teóricos y activistas que, entre charlas y conferencias de divagación filosófico-primaria, ganan un montón de pasta. La idea de web 2.0 en principio no nos aclara nada. Pero si Twitter pertenece a algo es sin duda al mundo posmodernista. La cuestión entonces empieza a parecer un juego de muñecas rusas, pues nadie tiene claro tampoco qué es el posmodernismo. Ni siquiera los que lo defienden.
La mejor definición que encontré de posmodernismo la leí de un arquitecto. Él estableció las diferencias entre el modernismo y el posmodernismo de la siguiente forma: “el modernismo es una línea, y el posmodernismo una curva”. Y aunque a primera vista parece una elucubración provista de retórica y de nada más, una vez indagas descubres que es la mejor forma de analizar el cambio social que tuvo lugar en los años ochenta. Permítanme que me explique pues reconozco que ya hay encima de la mesa demasiadas variables. Vayamos despejándolas. …”
El comentario de José Andrés no tiene desperdicio.
“…estoy hablando con total seriedad: mi punto de vista es que la gente está idiotizada, pero que es crónico del ser humano medio, y la solución está en educar, en una educación diversificada (aunque no te guste la palabra, aplicada a la educación es fantástico) que aporte “cultura”, “criterio” y “responsabilidad”. Para así dejar atrás los errores del pasado y encarar, por fin, nuevos errores.
Si de verdad quieres ayudar no le digas a la gente lo idiotizada que está. No busques las causas de la idiotización, y no se las expliques si las encuentras. Tampoco les digas “¡oye, no te estoy llamando tonto, pero que sepas que eso que haces te está convirtiendo en un tonto!”. Eso lo han hecho miles de personas antes que tú, y el mundo aun sigue igual.
Si quieres una sociedad diferente, más humana, entonces dedica las herramientas a tu alcance a educar, o a cambiar el sistema en que otros educan. …”
Mientras que otro comentarista nos enlaza al editorial #1 de Le Monde Diplomatique en Castellano, firmado por Ignacio Ramonet en 1995:
“… En Le Monde Diplomatique creemos que informarse sigue siendo una actividad productiva, imposible de realizar sin esfuerzo y que exige una verdadera movilización intelectual… Una actividad tan noble en democracia, como para que el ciudadano decida dedicarle una parte de su tiempo y su atención. Si nuestros textos son, en general, más largos que los de otros periódicos y revistas, es porque resulta indispensable mencionar los puntos fundamentales de un problema, sus antecedentes históricos, su trama social y cultural, su importancia económica, para poder apreciar mejor toda su complejidad.
Cada vez más lectores aceptan esta concepción exigente de la información y son sensibles a nuestras formas, sin duda imperfectas, pero sobrias, de observar la marcha del mundo. Las notas a pie de artículo, que enriquecen los textos y permiten, eventualmente, completar y prolongar la lectura, no parecen molestarles demasiado. Al contrario, muchos ven en ellas un rasgo de honestidad intelectual y un medio para enriquecer su documentación acerca de tal o cual informe.
«Son necesarios largos años, escribe Vaclav Havel, antes de que los valores que se apoyan en la verdad y la autenticidad morales se impongan y se lleven por delante el cinismo político; pero, al final, siempre acaban ganando la batalla».
Esta seguirá siendo también nuestra paciente apuesta.”
Tres lecturas que bien merecen la pena … en mi opinión.