Tú, como persona que trabaja y consume, haces capitalismo cada día. Cada día haces política, sociología, ética y estética con tus grandes y pequeñas decisiones.

Muy interesante participación de José Luis Antúnez en el boletín de @samuelgil para abrir la reflexión.

Origen: #158 Capitalismo para el s. XXI – by Samuel Gil

Zeitgeist + Estrategia

Una buena solución, sea producto u organización, funciona en el plano económico, productivo, ontológico e incluso moral. Una buena solución puede elevar tu ser, estar y hacer en el mundo.

Hay soluciones que, por lógica de negocio o problema que resuelven, es muy secundario que trabajen su cosmovisión. No pasa nada; pero si quieres diferenciarte del resto y liderar durante 100 años, quizá te merezca la pena replanteártelo. Da igual si haces tornillos o zapatillas. A todo se le puede articular un porqué, una razón de ser… un sentido más allá del beneficio y lo productivo. Estrategia, modelo, operaciones, producto, marca, cultura… deben de colgar de una cosmovisión. Si no es así, prepárate para tener goteras.

Nike sabía lo que hacía cuando dijeron en 2018: “Believe in something”. Detectaron que ese vacío existencial que están dejando las religiones e ideologías había que ocuparlo con Dream crazy y Dream crazier.

Nike sabía que:
Estrategia sin antropología es fantasía.
Economía sin antropología es miseria.
Y política sin antropología es distopía.

Matterialismo: importar para liderar

Uno de los fundamentos y problemas de percepción del capitalismo es lo que Shumpeter llamaba la “destrucción creativa” que básicamente es la innovación. Toda destrucción genera tensión social y narrativa. Pasó en la Revolución Industrial, surgió el ludismo… y volvió a suceder hace tres semanas con la carta de Harari, Musk y otras figuras relevantes  pidiendo la paralización por seis meses de todo desarrollo grande de IA.

Por supuesto sí a la regulación, pero no a planteamientos imposibles como el de funcionar como la industria farmacéutica en la que el lanzamiento del producto te puede llevar más de una década. Eso, en la industria del software, es inviable. Se han invertido tantos miles de millones y es tan disruptor que no habrá ningún consenso. ¿Han pensado en la ventaja que se le da a China? El diagnóstico es lo fácil. Tuitear muy fuerte y alarmarte queda muy bien (virtue signaling). Lo difícil es plantear soluciones de consenso en un mundo globalizado.

Matterialismo, con dos tés, es un concepto acuñado por el amigo Luis Miguel Barral que resume muy bien la filosofía de esas empresas que quieren importar en la vida de la gente y la sociedad.

Adriano Olivetti, socialista de vida y obra perseguido por la Italia de Mussolini, heredó la empresa de su padre en 1932. Desde un principio abogó por una sociedad y capitalismo que integrara a las diferentes clases y sensibilidades democráticas porque si no, sería imposible construir un proyecto común de bienestar e innovación. En su libro “Ciudad del hombre”, casi imposible de conseguir en español, expone su modelo de empresa, capitalismo, política y ciudad. Es el mejor libro de negocios del s. XX.

Redujo la jornada laboral de 48 horas a 45 sin rebajas de sueldo, instauró permisos de maternidad, construyó guarderías en las fábricas… Defendía que:

“Las fábricas no sólo tienen que producir beneficios también tienen que producir belleza y libertad. Porque serán la belleza y la libertad las que nos indiquen el camino para ser felices.”

Masaru Ibuka y Akio Morita fundaron Sony en 1946. Es la empresa que más admiró Steve Jobs. Su manifiesto fundacional es uno de los primeros documentos de cultura corporativa real del s. XX. Destaco cuatro de sus puntos:

  • Crear una fábrica ideal que subraye el espíritu de libertad y apertura mental para que los ingenieros puedan ejercer su labor al máximo nivel
  • Eliminaremos toda práctica lucrativa injusta
  • Distribuiremos los beneficios excedentes de la compañía entre todos los trabajadores de una manera apropiada, y les ayudaremos de una manera práctica a lograr una vida estable. A cambio de ello, todos ejercerán su máximo esfuerzo en su trabajo
  • Reconstruir Japón y elevar la cultura de la nación a través de la tecnología y la fabricación

…seguida por otras compañías como Honda, Nintendo y Toyota, resignificaron la marca de país que hasta ese momento era conocida por “copycats” y productos de muy mala calidad

Cuando Ford implantó las cadenas de montaje y se empezaron a usar en otras industrias se produjo, sin pretenderlo, el mejor y mayor diseño de procesos de la historia. Se creó la clase media en Occidente. Por primera vez, a escala global, millones de personas sin estudios podían vivir dignamente, formar familias y subir de clase.

¿Qué ha pasado en los últimos 30 años en EE.UU. y Europa cuando muchísimas fábricas se deslocalizaron a Asia? Volvieron la pobreza y los populismos a esos sitios y se prosperó en las otras. No me olvido de las condiciones laborales en esos países emergentes. Las empresas, menos mal, son conscientes de que el abusar se tiene que acabar.

El capitalismo, cuando se hace bien, es el mejor de los humanismos. Recuerda: cada día hacemos capitalismo con nuestras pequeñas y grandes decisiones.

Trabajamos para las siguientes generaciones. Importar es más relevante y trascendente que enamorar. La prosperidad es más y mejor que el progreso que a veces sólo afecta a unos pocos. Toda empresa que quiera impactar más allá de lo obvio es una empresa narrativa. Y la narrativa no sólo es contar, también es hacer.