El próximo año … circuito urbano. El circo de la Fórmula 1 en Valencia, el Ayuntamiento y nuestra Generalitat endeudándose. A pagar el capricho, valencianos.

¿Y ahora qué? Qué hacemos con Cheste.

¿Y ahora qué? Ya tenemos razones de peso para reasfaltar toda la ciudad y que no se nos queden los amortiguadores de la moto en esos tremendos baches que en las películas americanas supondrían una demanda, ganada, a la administración.

¿Y ahora qué? Qué hacemos con la vivienda y su “burbuja” que parecia que se iba a terminar. A mantener el mercado artificialmente.

¿Y ahora qué? Qué pasará con las empresas de verdad, con los modelos de negocio basados en industria, I+D y terciario avanzado. Nada. Seguirá apoyándose a los mismo grupos “hosteleros” (léase de locales de fiesta nocturna) que se han hecho de oro con la vela y se les concederán nuevas licencias para que se sigan enriqueciendo, desde luego sin innovar más que en seguir las tendencias decorativas que correspondan. Y nuevos restaurantes, ese modelo de negocio realmente innovador. Por cierto, algunos nombres para los garitos futuros: la pole, chicane, paddock o boxes. Y como dice silta ♀, un sector donde se mueve muuuuucho “dinero B” que no revierte precisamente en los impuestos…

¿Y ahora qué? Quién subirá los sueldos para mantener este nivel de vida “cosmopolita”.

Y se hablará de lo cosmopolita que es la ciudad porque hay un montón de extranjeros en ella, haciendo su vida. Quiero decir, no especialmente integrados. Trabajo en la zona de la Ciudad de las Ciencias y veo a las parejas de los regatistas de la Copa de América hacer su marcha, creando sus grupos, sin dignarse a aprender castellano ni valenciano, supongo que porque saben que es temporal, organizando sus propias clases en gimnasios y sus historias a su gusto. Creo que “ghettos” define mejor lo que pasa en Valencia que cosmopolitismo.

Ojalá me equivoque y la cosa evolucione de otra manera, buena para todos.