Vía @migborras (Miguel Borrás, de Antara), una gran entrada, “quemar después de leer” en su blog.
Veamos los incentivos practicados para que la empresa consuma menos esfuerzos en algo que es muy poco reciclable: la información escrita en papel.
La iniciativa arrancó cuando me di cuenta de que la información archivada no se utiliza. Simplemente cuesta demasiado buscar algo relacionado con un tema. El siguiente paso fue calcular el coste de mantener almacenada documentación que apenas se consultaba jamás. Y el resultado: Entre el 10% y el 15% del espacio útil, y por lo tanto, del coste de archivar y de los m2 de alquiler.Más difícil es calcular el beneficioso intangible de disponer de la información en formato electrónico. Beneficioso, pues la información en formato electrónico es compartible con otros, así como accesible ubicuamente, entre otros beneficios. Y es que el acceso de varias personas a la misma información pudiendo trabajar sobre ella produce un potencial mucho mayor que la suma de los accesos individuales a esa misma información tratada como privada por separado.
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El primer paso fue el incrementar el coste de imprimir documentos. El coste para el individuo, claro, no para la empresa. …
La segunda medida fue hacer accesible la información en todo momento. Si lo conseguíamos, evitaríamos la excusa de llevar documentación impresa a una reunión. …
Sin olvidar entre las medidas tomadas la presión social: Corrimos la voz de que no estaba bien visto tomar notas a mano.…
Léelo todo en su blog…