Los que tienen un criterio cientifico sobre la conducta humana encuentran imposible llamar “pecado” a ningún acto; se dan cuenta de que todo tiene origen en nuestra herencia y nuestro medio, y que mediante el dominio de estas causas, más que mediante la denuncia, se evitan las conductas nocivas para nuestra sociedad.
Nuestra ética sexual (1936) – Bertrand Russell