Se puede acceder en el siguiente enlace al pdf del estudio publicado por @KPMG_ES. Al final están las conclusiones, pero he querido destacar dos gráficos que me llamaron, entre otras cosas, la atención.

La verdad es que vivimos tiempos apasionantes, pero complicados.


Me llama la atención como los directivos españoles tienen mucha menos confianza que los de resto del mundo en su sector, aunque tienen tanta como ellos (algo más) en su propia compañía; me resulta extraño que duden del sector en el que están y confíen tanto en su propia compañía. Si el sector tiembla no es para estar confiado.

Me llama también la atención que la ciberseguridad se mantienen en el último puesto; quizá vamos con retraso en digitalización y por eso no preocupa tanto que se pueda acceder a los datos.

Con independencia de los dos gráficos que me he destacado y comentado… copio las conclusiones del informe.

Los CEOs se enfrentan a una etapa de incertidumbre económica y cambios sin precedentes. Mientras caminan por territorios inexplorados, están decididos a construir la resiliencia necesaria para velar por que sus organizaciones resurjan incluso con más fuerza en el futuro. En un entorno empresarial de rápida e impredecible evolución, los máximos ejecutivos están acelerando la evolución de sus propias organizaciones, cuestionando las prácticas arraigadas y las actitudes obsoletas. Y todo, con el objetivo de seguir crecimiento.


En territorios inexplorados

Los CEOs se enfrentan a un entorno empresarial incierto y volátil. Para gestionar innumerables y complejos riesgos deben trazar una imagen completa y detallada de cómo están interconectados todos los riesgos, desde el cambio climático a las cuestiones geopolíticas, y velar por que sus equipos directivos se implican en el diseño de una respuesta.

Ante el aumento de la preocupación por una posible desaceleración de la economía global, los altos ejecutivos necesitan asegurarse de que cuentan con sistemas de alerta temprana y han analizado en profundidad los diferentes escenarios para cerciorarse de que van por delante en el caso de que esa ralentización se agudice. Y con los modelos de negocio que han estado décadas vigentes pero ahora se ven amenazados por la disrupción digital, los CEOs deben incluso desafiar su propia estrategia y los modelos de negocio heredados, cuestionar las creencias, prácticas e ideas que todavía están muy arraigadas en las organizaciones y en los sectores y que pueden estar actuando como freno para el avance.


Liderar en tiempos de incertidumbre

Los CEOs necesitan integrar la resiliencia en sus organizaciones impulsando el cambio al tiempo que hacen una cuidadosa gestión de los riesgos que rodean al negocio.También deben fomentar la innovación asumiendo y aceptando el fracaso productivo y alentar un enfoque disciplinado que, sin embargo, no suponga ningún sacrificio en términos de calidad. Todo ello también requiere examinar las capacidades de sus equipos de liderazgo y abordar las debilidades identificadas.

Los máximos directivos deben liderar una transformación esencial de sus modelos operativos para construir una empresa ágil, centrada en el cliente y conectada mediante la combinación de tecnologías avanzadas, por un lado, con un rediseño operativo, por otro.


Cambiar desde dentro

Los CEOs deben impulsar una reinvención digital en todos los ámbitos de la organización, generando ciber-resiliencia y organizando una reconversión fundamental de la tecnología y de las habilidades de la plantilla. Los máximos ejecutivos deben desarrollar una comprensión profunda y detallada de los riesgos de ciberseguridad a los que se enfrenta la organización e implantar las comunicaciones y los programas de formación necesarios para garantizar que las mejores prácticas de seguridad están integradas en el ADN de su negocio.

Para propiciar esta ambiciosa remodelación tanto de los sistemas como del personal, los CEOs deben proporcionar a sus equipos los recursos estratégicos que necesitan para el aprendizaje y desarrollo, así como implantar un gobierno efectivo para que los recursos y la inversión se centren en áreas donde van a generar el mayor impacto. Por último, deben dirigir las estrategias de Inteligencia Artificial de su organización en términos de cómo, dónde y cuándo pueden implantarse estas nuevas tecnologías para que tengan un efecto óptimo.

La evolución del CEO

El CEO necesita aceptar y asumir el hecho de que tiene más tareas y menos tiempo para realizarlas. Los CEOs deben convertirse en disruptores internos de sus propias empresas, cuestionar las prácticas de gestión arraigadas durante años en las organizaciones.

Deberán forjar vínculos más fuertes con sus clientes, aceptando la necesidad de anticipar sus demandas y necesidades no solo con su tradicional olfato, sino también con las conclusiones extraídas de la analítica avanzada de datos.Y esto no servirá de nada si no crean un entorno empresarial en el que las nuevas ideas puedan probarse sin prejuicios, sin miedos, porque la disposición al cambio ya no se reconoce como una debilidad en la organización, sino como una fortaleza.